Nuestra proyecto tiene como finalidad ofrecer a los niños y adolescentes que vienen a él, una educación integral, un clima de hogar que les haga sentirse acogidos, aceptados y amados. Se les ofrece una alternativa educativa, respetuosa con las convicciones personales de los menores y comprometida expresamente con la integración social de las personas de
diferentes culturas y religiones que acuden al Centro. Para ello nos esforzaremos en proporcionarles:

  • Un ambiente acogedor en donde se encuentren un clima de seguridad, pertenencia y amor, a fin de que pueda darse en ellos una buena evolución afectiva, tan primordial para ellos.
  • Una acogida personal y personalizada, donde encuentren, por parte de sus educadores, una aceptación de todo lo que son y tienen, y una confianza en lo que pueden llegar a ser.
  • Un clima de sinceridad y honradez, donde se eviten sentimientos de culpabilidad, engendradores de miedo, hostilidad e hipocresía, y se cultiven los sentimientos de hermandad, compañerismo y amistad, engendradores todos ellos de esperanza y alegría de vivir.
  • Un ambiente en donde la interculturalidad y la interreligiosidad, sean la meta de todos nuestros esfuerzos.
  • Una formación y preparación, lo más completa posible, para su futura integración e inserción en la sociedad.
  • Una atención reparadora (sanadora) de los miedos, recelos o inquietudes negativas que la figura del adulto pueda haber infringido.

Este proyecto quiere ser un camino que posibilite la plena normalización en la vida social de niños y adolescentes entre 6 y 14 años.
El proyecto consiste en proporcionar la atención y la protección necesarias para posibilitar su integridad y correcto desarrollo, así como la formación necesaria para potenciar el proceso individual del menor, y la adquisición de habilidades personales destinadas a organizar su futuro, a fin de que supere sus dificultades personales, sociales y familiares, y recupere o
adquiera los recursos personales de relación consigo mismo y con sus grupos de socialización, con el objetivo último de que el menor adquiera su plena autonomía.
El modelo educativo es el acompañamiento personal para que asuman todas las responsabilidades en cuanto a la gestión de su vida, negociando los procesos, pactando los cambios, diseñando con cada uno de ellos una forma de vida diaria dirigida a lograr la capacitación personal.

Se está a su lado, siendo accesible, pero dejándoles ser protagonistas de su propio proceso. En eso consiste el acompañamiento.
Se trata de ir delegando en ellos la autoría de sus días para que puedan aprender de sus fracasos y también de sus éxitos. Las lecturas de estas experiencias las hacen junto al equipo educativo, que deberá reforzarles el intento y reorientarles si es necesario.